viernes, 3 de septiembre de 2010

ARGENTINA DE PIÉ

El negativismo, tan argentino él, a veces no nos deja ver y por lo tanto apreciar, las cosas buenas que nos pasan. Otra característica argentina, el fanatismo ciego e impulsivo, nos hace ser oficialistas u oposición.
Desde las Organizaciones sociales, la visión es otra. No hace falta pararse en ningún “bando” para darse cuenta que estamos en una argentina diferente, mejor sí, inclusiva, donde las clases más postergadas comienzan a sentir aires primaverales. Basta con hacer memoria y recordar la historia argentina desde que retornó la democracia. Entre otros, son logros de reciente data, mayor inclusión, atención de nuestros abuelos, asignación universal, derechos humanos, posibilidad de disentir sin ser marcado o reprimido, ley de medios para tener mayor acceso a información “real”, matrimonio igualitario que es lo mismo que decir punto final a la discriminación, y desde las Organizaciones de la sociedad civil este sentimiento único de sentirse escuchados, acompañados, contenidos en la dura tarea del trabajo social voluntario.
En el caso de Neuquén es más notorio, con un gobierno provincial que hace más de 40 años maneja la Pcia. cual feudo, repartiendo la torta entre conocidos y funcionales.
Desde la conformación de Surcos se han hecho incansables gestiones para lograr el apoyo del Gobierno provincial y municipal, sin haber llegado nunca más allá de la mesa de entrada de las oficinas, departamentos y Ministerios. Un peregrinaje agotador, desgastante y humillante, en el que la mejor respuesta termina siendo “no hay dinero”. No hay voluntad decimos nosotros. Y el ejemplo más claro es la construcción de un Cristo en las afueras de la localidad, que pocos conocen, y que costó $190.000. (Si alguien duda, tenemos copia del presupuesto). Más de 2 años de gestiones y nada en concreto. Mientras, en pocos meses desde que iniciamos contacto con Nación, por lo menos hay interés por lo que estamos haciendo, contactos que quizá desemboquen en alguna ayuda económica que nos permita nada más y nada menos que poder atender mejor a nuestros niños y niñas. Una política nacional basada en un proyecto de país bien definido.
El “modus operandi” del gobierno provincial, mientras tanto, es el de desgastar hasta que uno no aparezca más a molestar. Oídos sordos a los reclamos sectoriales y ninguneo, menosprecio, descrédito del otro que piensa diferente. Pareciera que obtienen algún tipo de gozo morboso al pretender tener súbditos genuflexos.
Pero nos hemos cansado de rogar por un poco de respeto. Y no tememos como la mayoría, a ser víctimas del enojo del Gobierno provincial, que es lo mismo que decir el partido provincial. Por eso nunca más vigentes las palabras de Rubén Blades: “…si yo he vivido parao, ay que me entierren parao, si pagué el precio que paga el que no vive arrodillado…”

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